
[1ª impresión] En el Fin del Mundo
![[1ª impresión] En el Fin del Mundo](https://i0.wp.com/www.humildadmochilera.com/wp-content/uploads/2016/05/Ushuaia-2.jpg?resize=560%2C420&ssl=1)
Imaginaba un pueblito pequeño humilde y antiguo, con calles sin asfaltar y casitas adosadas separadas entre sí. En mi cabeza debían tener su terreno para un jardín, animales de compañía o súper gallinas resistentes al frío antártico. No se… No me cuadra estar en el «Fin del Mundo» y pasar la primera noche en una gasolinera tomando mate.

Av. San Martín
Mi primera impresión fue nocturna pues era de noche cuando pisaba suelo ushuaiense. Después de casi 100km zigzagueando montañas y bordeando un lago realmente grande, me veo entre calles asfaltadas, luces por todos lados, comercios, restaurantes, coches por doquier y gente paseando por ambas aceras a pesar de ser alrededor de las doce de la noche.
Y mi aldea? Dónde está ese aspecto rústico o medieval?
La frase “Fin del Mundo” le brinda a la imaginación una infinidad de posibilidades bonitas y curiosas más allá de una ciudad común. Sí, eso es Ushuaia y esa fue mi primera impresión. Un lugar común lleno de turistas y lugareños escondidos que pasan desapercibidos. Una ciudad comercializada pero rodeada de maravillas como El Parque Nacional Tierra del Fuego, montañas con glaciares y pingüinos.
Mi primera impresión también fue cálida. Sé que era verano pero yo creí que estando tan cerca del Polo Sur y a esas horas de la noche… Supongo que caminar por las transitadas calles en busca de un cajero y con la mochila, no me permitía sentir frío alguno.
Después de jugar al truco (juego de cartas por excelencia en Argentina) en la gasolinera, pude ver el amanecer, viendo las aguas cambiar de color según los primeros reflejos de un sol que, tímido y aún débil, buscaba pequeñas nubes para camuflarse, nubes finas y en movimiento que expusieron el sol a mi mirada y de ese modo disfruté mi primer mágico y alucinante amanecer en el Fin del Mundo.
A pesar de haber visto los inicios de un nuevo día, las montañas que rodeaban Ushuaia y un parque nacional cuyos senderos y paisajes son de ensueño, fui consciente de que a estas alturas ya no se trataba de tierras inhóspitas e inexploradas…
A la pregunta: Volverías a ir?
«Si me pilla de paso sí. Tendría que vivir cerca para invertir tiempo y dinero en volver a Ushuaia… sobre todo teniendo en cuenta que vivo en España.»