
Machu Picchu, Wayna Picchu y el Templo de la Luna

Horarios Machu Picchu
Desde el 1 de julio del 2017, la visita a Machu Picchu es en el siguiente horario:
- Turno mañana: de 6 a.m. a 12 p.m. (Los visitantes que ingresen a partir de las 9 a.m., 10 a.m. o más, pueden permanecer un máximo de 4 horas después de su ingreso a Machu Picchu.)
- Turno tarde: de 12 p.m. a 5.30 p.m. (Los visitantes que ingresan en el turno tarde y llegan antes a Machu Picchu pueden hacer su ingreso desde las 11 a.m.)
Horarios Wayna Picchu
Wayna Picchu: Todos los días del año en el turno mañana (de 7 a.m. a 2 p.m.), con dós turnos de acceso:
Wayna Picchu Grupo 1:
- Ingreso a Machu Picchu desde las 6 a.m.
- Ingreso a Wayna Picchu de 7 a.m. a 8 a.m.
- Salida del sitio a la 1 p.m.
Wayna Picchu Grupo 2:
- Ingreso a Machu Picchu desde las 6 a.m.
- Ingreso a Wayna Picchu de 10 a.m. a 11 a.m.
- Salida del sitio a las 2 p.m.
NOTA: Para facilitar la lectura de este artículo, he decidido aplicarle dos colores al texto siendo el negro para los párrafos que narran mi experiencia y como hice yo para visitar Machu Picchu y poniéndole un color azul oscuro a los que explican o aclaran el porqué de cada decisión.
Debía tener en cuenta que para la fecha que yo pretendía ir a Machu Picchu no era temporada alta y eso dificulta hacerlo por cuenta propia ya que eso implica depender de aquellos que se encuentran haciendo lo mismo, me explico:
Para ir a Machu Picchu por cuenta propia es necesario compartir taxi, buses etc y si es temporada baja uno se arriesga a no encontrar con quien y asumir los gastos uno mismo, o tener que esperar a que éstos se llenen para que el conductor decida partir, algo que podría retrasar todo lo que se haya organizado. De hecho podría incluso salir más caro.
De modo que yo lo hice «a medias» contratando unos servicios y dejando para después el coste de otros.
Lo primero que hice al llegar a Cusco fue dirigirme a la oficina donde se compran las entradas que se encuentra en la Calle Garcilaso (miércoles 13) para asegurarme de que tendría acceso lo antes posible ya que las entradas se agotan y deben comprarse con antelación.
Estando ahí, pregunte también por la entrada a Wayna Picchu con la suerte de que para el Viernes 15 quedaba una plaza disponible para el segundo turno. No podía ser más afortunado!!
Hay que mencionar que el acceso a Wayna Picchu se limita a 400 personas diarias a diferencia de las 3 o 4 mil que visitan Machu Picchu cada día y encima pude comprar la entrada para el segundo turno que en temporada de lluvias es mucho mejor que el primero para subir a Wayna Picchu, de modo que todo me estaba saliendo a la perfección.
Ya solo me faltaba organizar como ir y regresar desde Cusco. Teniendo en cuenta que al subir a Wayna Picchu no me sería posible regresar en la tarde que se visita Machu Picchu como es habitual, debería quedarme una noche más en Aguas Calientes (2 en total).
Contrastando información de varias guías que explican cómo ir y volver de la forma más económica, decidí que contrataría un servicio de transporte que me llevaría directo a la hidroeléctrica (bus Cusco a Hidroeléctrica) un día antes de subir a Machu Picchu y el mismo servicio me recogería en ese mismo lugar al día siguiente de haber visitado las ruinas Incas.
El coste por la ida y vuelta fueron 60 soles.
A primera hora de la mañana nos recogían en el hostel y a las cuatro de la tarde llegaríamos a la hidroeléctrica habiendo hecho un par de paradas, una para desayunar y otra para comer.
Hay servicios que ofrecen ida y vuelta con guía en Machu Picchu, alojamiento en Aguas Calientes, las dos comidas del día de ida (comida a mitad de camino hacia la hidroeléctrica y la cena al llegar a Aguas Calientes, sobre las 7 u 8 de la noche dependiendo de la agencia) y el desayuno en la madrugada antes de subir a Machu Picchu.
Yo decidí no contratar nada de eso a excepción del transporte de ida y vuelta porque llevaría mi propia comida, aun así el precio por comer lo mismo que incluye el tour que tenían contratado todos los que iban conmigo en el bus, costaba 15 soles y era buffet libre. Eso último me convenció y los pagué pero podría habérmelo ahorrado.
Supongo que cada agencia hace sus paradas para comer en un lugar distinto y dependiendo de lo que sirvan en esas comidas… pueda ser más o menos rentable invertir en un tour completo, o hacer lo que hice yo; ir decidiendo sobre la marcha en que me gastaba o no el dinero.
Una vez en la hidroeléctrica comenzamos a caminar siguiendo las vías del tren hasta Aguas Calientes. La duración media de este tramo es de 2 horas dependiendo de cuán rápido camine cada uno o de la cantidad de fotografías que uno quiera tomar.
La verdad es que se puede recorrer en una hora y media perfectamente y sin cansarse pero si algo es cierto, es que los paisajes invitan a contemplar y disfrutar de la ruta con calma, tomando fotografías y sintiéndote como en una película.
Todo depende también del tiempo ya que si llueve uno tiende a ir más rápido pero yo personalmente prefería que lloviera (que no fue el caso) a que nos diera todo el sol en la nuca ya que no soporto el calor.
Lo que más retrasa ese tramo es querer contemplar los paisajes ya que para ello prácticamente había que detenerse. El hecho de estar caminando por las vías del tren obliga a uno a estar mirando constantemente el suelo porque se trata de un suelo de piedras.
En más de una ocasión mirando para arriba hacia las montañas que rodean el camino, tropecé sin llegar a caer pero, se arriesga uno a torcerse el tobillo o que se yo, por lo que cuando me daba por contemplar los paisajes, me detenía a excepción de aquellos tramos en los que junto a la vía se encontraban unos senderos sin piedras, donde aprovechaba para alzar la mirada sin necesidad de detener el paso.
En cualquiera de los casos caminar por ahí es espectacular y la gente que decide llegar a Aguas Calientes en el tren no da ninguna envidia.
En Aguas Calientes nos reunimos en la plaza y una vez estábamos todos, el señor de la agencia que venía con nosotros nos llevó al hostel y después de una ducha, nos indicó el restaurante donde sería la cena.
A la hora de cenar tenía dos opciones, cenar por mí cuenta los sándwiches que llevaba o cenar con el grupo. Resulto ser un grupo de jóvenes franceses y por otra parte iba junto a otro chico del mismo hostel que yo, por lo que me sentía a gusto y con ganas de cenar con ellos y de nuevo decidí pagar 15 soles por esa cena.
Como no consumí los sándwiches que tenía para ese día, pude comerlos durante el día siguiente por lo que me ahorre la compra que pretendía hacer en Aguas Calientes. La idea era llegar y comprar pan, queso, jamón, algún zumo, agua etc para el día de subir a Machu Picchu pero como tenía lo que llevaba desde Cusco, solo tuve que comprar agua.
Lo que me gaste en cenar no lo gaste en el supermercado así que de momento la cosa marchaba bien.
En cuanto al alojamiento, como no contrate un “todo incluido” tuve que pagar también por las dos noches, a 20 soles cada una. También tendría que pagar por un guía* durante la visita a Machu Picchu lo que me saldría por 15 soles.
*No es obligatorio entrar con guía pero sin alguien contándote la historia y explicándote lo que estás viendo etc, es como estar viendo rocas amontonadas.
Quizá me habría salido a cuenta pagar el tour por todo incluido pero… yo elegí gastar de más en la comida y la cena cuando podría habermelo ahorrado.
Por otra parte los tours que incluyen todo, solo cuentan con una noche de alojamiento y la entrada a Machu Picchu. Toda esa gestión la lleva a cabo la agencia y nunca ofrecen la posibilidad de subir a Wayna Picchu.
Como yo ya tenía las entradas por mi cuenta, descarte contratar tours porque la segunda noche que pase después de ver Machu Picchu no estaría incluida y mi regreso iba a ser un día más tarde.
Lo que hice para asegurarme de que tendría alojamiento fue reservar esas dos noches por mi cuenta desde Cusco.
Después de la cena, todos a dormir pronto ya que a las cuatro de la mañana estaríamos todos en pie para ducharnos y salir caminando de Aguas Calientes al puente de acceso a Machu Picchu, caminata que demora más o menos media hora.
La intención era empezar a subir lo antes posible para llegar de los primeros a la cola de entrada que hay arriba. No fue así porque la puerta de control que hay en el puente no abre hasta las 5.
Por 12 dolares es posible subir en un bus. Queda a elección de cada uno si decide subir los escalones o subir en bus dependiendo de la condición física que se tiene pero yo recomiendo subirlos y sentir la emoción de estar subiendo, sentir la naturaleza, la montaña, el sudor y ver cómo se va iluminando el día mientras amanece.
Además a esas horas de la mañana entre las montañas se ven nubes bajas haciendo de los paisajes y las vistas algo espectacular.
Una vez arriba tuvimos que esperar un poco hasta que abrieron el acceso. La cola que se formó fue bastante y teniendo en cuenta que no era temporada alta, es muy importante que el grupo completo esté de los primeros para no perder tiempo y comenzar la ruta guiada.
Yo no tenía que esperar ningún guía porque no había pagado ninguno. Sabía que pagaría 15 soles por unirme a un grupo con guía pero, de nuevo podría decidir a qué grupo unirme, si con el que venía desde un principio o con el que primero comenzara la ruta guiada, me explico:
Normalmente cuando vas con el guía ya contratado como es el caso de los que van con todo incluido, deben esperar a que su grupo este por completo, para comenzar a visitar las ruinas.
Que ocurre, que siempre hay alguien que sube en bus, de los que suben a pie habrá quien se demore más etc, y el guía que va con tu grupo estará esperando tras el acceso con un cartel y el nombre del grupo pero, no comenzará las explicaciones hasta que llegue el último.
Si el último se demora mucho, cuando se empieza toda la visita el resto de grupos ya van por delante y acaban por salir de fondo en todas las fotografías. Otro de los inconvenientes en esa demora es que luego dan tiempo libre para ver las ruinas por tu cuenta y es ahí cuando uno valora haber ganado o perdido 20 minutos.
En mi caso, tenía que comenzar a subir a Wayna Picchu en el segundo turno (a las 10am) y me interesaba muchísimo más el no perder tiempo. Por suerte mi grupo no se demoró y continué con ellos. De haberse demorado tenía la libertad de unirme a otro grupo y pagarle al guía.
El tiket de entrada permite acceder dos veces a Macchu Picchu debido a que el circuito de visita es de un solo sentido. La primera vez se entra con el grupo guiado y se atiende a las explicaciones. Al salir puedes sellar el pasaporte con el sello de Macchu Picchu, desayunar y volver a entrar por cuenta propia para ver las ruinas al ritmo que quieras y tomar las fotos que quieras pero siempre siguiendo el circuito que te llevará de nuevo a la salida.
Y eso hicimos. De 9 a 9:30 estábamos comiendo sándwiches en la entrada y a las 9:30 entramos de nuevo. Yo era el único del grupo que debía estar a las 10 en el acceso a Wayna Picchu por lo que apenas tuve tiempo para recorrer las ruinas por mi cuenta. Por suerte y a sabiendas de que eso podría ocurrir, mientras el guía explicaba yo tomaba fotos, muchas fotos, y le atendía por supuesto.
Fui casi corriendo al acceso por miedo de que no me dejaran entrar… me habían dicho que tenía que empezar a subir a las 10 y me lo tomé al pie de la letra pero vamos, que luego comprobé que podría haber empezado a subir perfectamente más tarde, siendo las 11 la hora límite para entrar ya que a las 13:00 todo el mundo debe estar saliendo de Wayna Picchu.
La subida es agotadora, lo reconozco. Sin embargo no sé porque creía que lo iba a ser más… siempre preferí caminar senderos por muy empinados que fueran a subir escaleras porque cansa mucho más pero para mi sorpresa, a las 11 ya estaba arriba.
Tardar una hora en subir a Wayna Picchu después de haber subido a pie hasta Machu Picchu es todo un logro para mí y por eso quería dejarlo escrito (jeje), en su momento me sentía súper orgulloso.
Orgullo aparte, me sentía asombrado con las vistas que se obtienen desde la cima, ya no solo de Machu Picchu desde arriba sino de todas las montañas, las nubes, ver la altura de esos precipicios mientras subes escalones, el río Urubamba (Vilcanota) tan pequeñito ahí abajo… fue espectacular.
Uno se pregunta cómo narices subieron las piedras ahí arriba. Ya había que tener ganas ya…
El motivo por el que en temporada de lluvias se recomienda subir en el segundo turno es por las nubes que a primera hora y hasta casi medio día permanecen en el lugar, impidiendo que desde ahí arriba se pueda ver Machu Picchu y alrededores. Sin embargo cuando no es temporada de lluvia se recomienda subir en el primero para evitar las horas de sol y calor.
Se supone que la visita acaba aquí, que ya solo queda regresar pero de nuevo, insisto, como yo decidí hacer las cosas tal y como les cuento permitiéndome elegir, pude hacer algo extra, visitar las ruinas del Templo de la Luna.
Si hubiera contratado un tour, ese mismo día tendría que estar en la hidroeléctrica a las 15:30 para regresar a Cusco y visitando Machu Picchu y Wayna Picchu es posible si tu forma física lo permite; si a las 11 estas en la cima de Wayna Picchu y como muy tarde a la 1 sales de Aguas Calientes, es posible llegar a tiempo para irte ese día y ahorrarte cuanto… 5 soles? (diferencia entre dormir en Aguas calientes o en Cusco esa noche).
Después de todo lo que sufren las rodillas ese día caminar a la hidroeléctrica no apetece mucho y se agradece una buena ducha cuanto antes.
Yo me enteré de que cabía la posibilidad de ver ese templo porque me lo dijo el encargado del hostel en Aguas Calientes, quien al ver que yo era el único del grupo que pasaría allí dos noches, me pregunto por qué y le dije que subiría a Wayna Picchu. Ahí fue cuando me dijo que al bajar no lo hiciera por donde había subido sino que lo hiciera por el lado opuesto.
Y así lo hice. Al llegar arriba le pregunte al guía que permanece ahí hasta las 11, por donde ir al templo. Me dijo que esperara un par de minutos y que él bajaba también. Resulta que a partir de esa hora se cierra ese acceso porque llegar al Templo de la Luna y regresar a Macchu Picchu demora unas dos horas y media. En mi caso me dejó bajar porque le dije que podría hacerlo y llegar a tiempo para las 13:00.
De camino al templo nos encontramos con unas ruinas.
Hablando con el guía me dijo que cada día solamente bajan unas 15 o 20 personas. Comparado con las 4000 que van a Machu Picchu y las 400 que suben a Wayna Picchu cada día, podría decirse que fui de los poquísimos afortunados.
También me dijo que yo era de los pocos que llegan antes de las 11 comenzando en el segundo turno, normalmente los que bajan al templo es porque suben a Wayna Picchu en el primer turno. De nuevo me sentía orgulloso de mí mismo.
Me alegré mucho de poder acceder al sendero que conduce al Templo de la Luna porque es mucho más bonito que los que subes para Machu Picchu y Wayna Picchu. Se debe a las pocas personas que lo transitan. No tenía tantos escalones y era más sendero, con mucha más vegetación y todo mucho más salvaje a diferencia de todo visto hasta ahora.
Las ruinas del tempo no son gran cosa comparadas con lo que veníamos visitando pero vale la pena verlas y disfrutar de la ida y la vuelta. Bajar demora poco la verdad. Subir de nuevo es lo que cuesta porque para regresar a Aguas Calientes había que volver a subir a Machu Picchu por la parte de atrás de Wayna Picchu.
A la una de la tarde estábamos saliendo dos parejas (una argentina y otra peruana que nos encontramos por el camino), el guía y yo. Estando ahí a esas horas me habría resultado imposible estar a las tres en la hidroeléctrica si sumamos el tiempo que demora bajar de Machu Picchu a Aguas Calientes, recoger mis pertenencias del hostel y caminar por las vías.
Sobre las tres y media me había duchado y fui a comer con intención de acostarme justo después. Recorrí un poco las calles de Aguas Calientes y me fui a dormir agotado después de tanto subir y bajar escalones.
En la mañana del día siguiente y sin ninguna prisa, con toda la calma del mundo, compre para comer unos sándwiches durante ese día (no desayune porque me desperté como a las 10), y comencé a pasear de vuelta a la hidroeléctrica donde esperaría durante una hora a que vinieran a recogernos.
La vuelta hasta Cusco se hizo un poco aburrida porque no volvía con los chicos que ya conocía (los franceses) y los que había entonces no tenían muchas ganas de hablar. Como ellos acababan de subir a Machu Picchu ese día estaban cansados y se pasaron el viaje durmiendo, algo que no me toco más remedio que hacer yo también.
Cuando me quise dar cuenta ya estaba de nuevo en Cusco y había completado uno de los objetivos del viaje; visitar una de las 7 maravillas del Mundo. Fue toda una experiencia que sin duda vale mucho la pena y les animo a que vayan también a Wayna Picchu y el Templo de La Luna y lo disfruten tanto como hice yo.