Cuevas de Nerja

Nos despertamos con muchas ganas de seguir con nuestra ruta y contentos del día anterior en Ronda, desayunamos, fuimos a la recepción del camping El Sur… y a conducir! No sabíamos muy bien cómo íbamos a organizar el día, todo iba a depender del tiempo que nos llevaría visitar las cuevas de Nerja.

Estando en Maro, fuimos a comprar pan y luego nos tomamos un refresco en un bar que había en la entrada del pueblo. Ahí preguntamos donde nos sería mejor aparcar para no pagar el parking que tienen en las cuevas y la dueña del bar nos dijo que siguiendo el camino hacia las cuevas hay una explanada de pinos y si hay sitio… vamos ese era el lugar donde todos aparcan mientras queda hueco y tuvimos esa suerte.

Paseamos con los perros por esa zona y luego les dejamos en el coche con las ventanillas bajadas, pues no permitían el acceso a animales en las cuevas.

Después sacamos las entradas y listo! El acceso es por unas escaleras un tanto modernas que no nos causaron muy buena impresión pero una vez dentro… yo lo flipe más que en Pestera Ursilor. No solo había más de 250m de recorrido sino que las salas eran súper grandes, una de ellas más de 30m de altura.

El recorrido a diferentes alturas subiendo y bajando escaleras, entrando y saliendo de una sala a otra, entre estalactitas y estalagmitas gigantes… Impresionante! No recuerdo el tiempo que nos llevo la visita pero también dependía de lo que cada uno quisiera pasar ahí dentro.

Nosotros no nos explayamos mucho por no dejar a los perros solos en el coche, pero nos quedamos con las ganas de escabullirnos e investigar las salas que no están en la ruta todavía porque están en fase de exploración por la asociación de Nerja y que no es poco! es más, las galerías abiertas al publico no son mas que un tercio de la longitud total de todas las galerías. Como dato curioso añadiré que incluso se han organizado conciertos en una de las galerías!

De vuelta en el coche volvimos a pasear con los perros y a comer unos bocadillos en la sombra de uno de los pinos.

Siendo las 2 o las 3 de la tarde decidimos volvernos a Murcia, lo planteado era hacer noche en algún camping a mitad de camino y al día siguiente volver, pero nos pareció más apropiado hacer el camino del tirón y dormir a gusto en cama. La verdad que a mí no me estaba sentando bien tantas horas conduciendo y tenía ganas de dormir cómodo. Ya veríamos al día siguiente que haríamos por Murcia.

En fin, ahí acabo el puntazo de “vayamos a explorar estos 4 días libres”, viendo unas cuevas guapísimas y que recomiendo visitar a cualquiera que esté por la zona.